¿QUÉ ES LA DISLEXIA?

La dislexia es una dificultad específica de aprendizaje de la lectura, de origen neurobiológico.
Según Lyon, Shaywitz y Shaywitz, (2003), se caracteriza por dificultades en exactitud y/o fluidez en el reconocimiento de palabras escritas, por escasa habilidad en la escritura y decodificación. Estas dificultades son consecuencia de un déficit en el componente fonológico del lenguaje que es inesperado en relación a otras habilidades cognitivas y la educación recibida.

Esto es, las personas con dislexia, pese a tener un nivel de inteligencia normal o alto y oportunidades de aprendizaje, no son capaces de adquirir las habilidades lectoras de la manera en que sería esperado.

La hipótesis del déficit fonológico como causa nuclear de esta dificultad, es la más ampliamente aceptada por la comunidad científica (Andreu, 2020).

El déficit en el componente fonológico del lenguaje afecta a:

  • La conciencia fonológica (CF):
    Que es la habilidad lingüística que nos permite reflexionar sobre el lenguaje oral, ser conscientes de las unidades o trocitos en los que se divide el habla. Nos permite identificar, segmentar y manipular de forma intencionada y explícita, los sonidos que constituyen el lenguaje.
    Por ejemplo, sin escribirlo, intenta intercambiar el primer sonido de tu nombre por el primer sonido de tu apellido y viceversa ¿cómo suena? O, ¿cómo queda tu nombre o tu apellido si lo dices al revés?
    Las últimas investigaciones, han constatado que existe una relación causal entre la CF y el lenguaje escrito, de forma que unas buenas habilidades fonológicas contribuyen a un mejor aprendizaje de la lectura y escritura (Defior, S., & Serrano, F., 2011). Podemos diferenciar varios niveles de conciencia fonológica:

La conciencia léxica es la habilidad para contar, identificar y manipular mentalmente las palabras que constituyen una frase. Por ejemplo, en la oración “Juan bebe zumo de piña” podemos contar cinco palabras, identificar la que está en primer lugar (“Juan”) y manipular quitando la palabra “zumo” (“Juan bebe de piña”).
La conciencia silábica es la habilidad para contar, identificar y manipular las sílabas que componen las palabras. Por ejemplo, en la palabra “mariposa” contamos cuatro sílabas.
La conciencia intrasilábica es la habilidad para identificar, segmentar y manipular el comienzo y la rima de las sílabas. Por ejemplo, podemos pensar en si “zumo” y “sumo” comienzan igual o si “zumo” y “zulo” riman.
La conciencia fonémica es la habilidad para contar, identificar y manipular los fonemas (sonidos) que forman una sílaba o palabra. Por ejemplo, la palabra “Juan” tiene cuatro sonidos (“J-U-A-N”).

  • La memoria fonológica o verbal a corto plazo y la memoria operativa:
    Otros procesos fonológicos (implícitos) normalmente afectados en las personas con dislexia y que impactan sobre el aprendizaje de la lectura, son la capacidad de retener en la memoria a corto plazo (unos segundos) información verbal (memoria fonológica) y manipularla (memoria operativa), (Defior, S., & Serrano, F., 2011).
    Por ejemplo, escuchar una cadena de sílabas, palabras o números y repetirla (memoria fonológica): “tra – se – ma – pi – te”.
    La memoria operativa tiene que ver con la manipulación mental de esa información, por ejemplo, repetir la cadena de números o palabras de modo inverso al escuchado (“te – pi – ma – se – tra”), omitiendo algún dato, etc.
  • Las habilidades de denominación rápida:
    Estas habilidades están relacionadas con el tiempo en que se tarda en nombrar un objeto, un color, una letra, un número, etc. Normalmente las personas con dislexia son más lentas en la asociación de los procesos visuales con los lingüísticos. Saben el concepto, pero les cuesta evocar la palabra para nombrarlo.
  • La integración del principio alfabético. La correspondencia fonema (sonido) con grafema (letra):
    El déficit en los procesos fonológicos impacta en el aprendizaje del principio alfabético, esto es, los estudiantes con dislexia tienen dificultad para aprender los nombres y los sonidos (fonemas) de las letras (grafías) y relacionarlos.
    Las habilidades fonológicas, junto con el aprendizaje del principio alfabético son la clave para la decodificación del lenguaje escrito.
  • La fluidez lectora:
    Todas las dificultades anteriores impactan sobre la fluidez lectora de las personas con dislexia. Leer con fluidez quiere decir leer con buena velocidad (numero adecuado de palabras por minuto), con buena precisión (sin cometer errores) y con buena prosodia (acento, entonación, ritmo adecuado, expresión…), con la finalidad de comprender el texto.

La dislexia tiene un importante carácter hereditario y se da en personas de todas las lenguas y contextos socioeconómicos.
En cuanto a la prevalencia, varía mucho entre los estudios llevados a cabo en diferentes lenguas, pero también en los distintos estudios de una misma lengua (Andreu, 2020).

Numerosos autores (Katusic, et al, 2001), sugieren un rango entre el 5 y el 17, 5 %. La prevalencia de la dislexia para las lenguas transparentes como el español, italiano o finés es menor que para las lenguas más opacas como el inglés. En el caso del español puede tomar valores entre el 3,2 y el 8% (González et al, 2013; Carrillo et al, 2011).
Por último, aunque ha de ser lo primero a tener en cuenta, el desconocimiento social de lo que supone esta condición neurobiológica, unido a un sistema educativo rígido donde la mayoría de los aprendizajes se dan a través de la lectura y la escritura, ocasiona importantes problemas emocionales (Zuppardo, et al, 2017) como baja autoestima, ansiedad, indefensión, inseguridad, y depresión.

Fuentes bibliográficas:

• Alegría, J. (2010, febrero). Informe sobre las “buenas prácticas” relativas a la dislexia en los países de lengua española. Foro Mundial de la Dislexia, UNESCO. París.
• Andreu i Barrachina, Ll. (2017). Enseñanza estructurada del lenguaje y la lectura. Barcelona. FUOC
• Andreu i Barrachina, Ll. (2020). Las alteraciones de la lectura: la dislexia y las dificultades de comprensión. Barcelona. FUOC
• Artigas-Pallarés, J. (2002). Problemas asociados a la dislexia. Revista de Neurología, 34(1), 7-13.
• Carrillo Gallego, M. S., Alegría Iscoa, J., Miranda López, P., & Sánchez Pérez, N. (2011). Evaluación de la dislexia en la escuela primaria: Prevalencia en español. Escritos de Psicología (Internet), 4(2), 35-44.
• Citoler, S. A. D., & Serrano, F. (2011). Procesos fonológicos explícitos e implícitos, lectura y dislexia. Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias, 11(1), 79-94.
• Coll, C. y Miras, M. (2001). Diferencias individuales y atención a la diversidad escolar. En C. Coll, J. Palacios y A. Marchesi (Comps.), Desarrollo Psicológico y Educación, 2. Psicología de la Educación Escolar (pp. 331-353). Madrid: Alianza.
• Collicott, J. (2000). Posar en pràctica l’ensenyament multinivell: estratègies per als mestres. Suports: revista catalana d’educació especial i atenció a la diversitat, 87-100.
• Cunningham, A. E., & Stanovich, K. E. (1997). Early reading acquisition and its relation to reading experience and ability 10 years later. Developmental psychology, 33(6), 934.
• Defior, S., & Serrano, F. (2011). La conciencia fonémica, aliada de la adquisición del lenguaje escrito. Revista de logopedia, foniatría y audiología, 31(1), 2-13
• Furnes, B. y Samuelson, S. (2011). Phonological awareness and rapid automatized naming predicting early development in Reading and spelling: Results from a cross-linguistic longitudinal study. Learning and Individual Differences, 21, 85-95.
• González Martín, D., Jiménez González, J. E., Rodríguez, C., & Díaz Megolla, A. (2013). Dislexia en adolescentes españoles. Revista de Psicología y Educación, 8(2), p. 31-49.
• Jiménez, J. E. (2010). Modelo de respuesta a la intervención (RtI): ¿una alternativa prometedora para la identificación de niños con dificultades específicas de aprendizaje?. Psicothema, 22(4), 932-935.

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