¿CÓMO ACTUAR ANTE LA DISLEXIA?

Una vez detectado el riesgo de dislexia, porque se cumplen un número significativo de indicadores de alerta, es fundamental establecer un plan de actuación coordinado y pasar a la acción, aunque no se disponga de un informe de un especialista.

En cuanto sea pertinente, se ha de realizar una evaluación sociopsicopedagógica o diagnóstico integral de las dificultades del niño o de la niña, por un profesional. Este estudio nos ayudará a enfocar la intervención en los aspectos más afectados.

La colaboración y el trabajo en equipo de la comunidad educativa es clave para ofrecer una respuesta educativa de calidad a este alumnado. La comunidad educativa engloba a todo el equipo docente (tutor/a, profesorado en general, orientación educativa, personal de apoyo a la inclusión (profesionales de pedagogía terapéutica (PT) y audición y lenguaje (AL)), al alumnado, a las familias y a los recursos del entorno, como asociaciones, servicios especializados, etc.

En este sentido, cuando se detecta o se identifica riesgo de dislexia, sea en la etapa que sea, debemos tejer entre todos una red de apoyo, un engranaje, con cuatro ámbitos fundamentales de actuación: personal, escolar, familiar y social.

La tutoría y la orientación educativa tienen un papel clave en esta red. Además de la detección, la identificación de las dificultades y la planificación de las acciones, coordinan la colaboración entre todos los ámbitos y acompañan el proceso de respuesta y la evaluación del mismo.